“Interpretación Antropomórfica de Lisosoma 1”, 2023. Óleo sobre lienzo, 53×63 cm.

Con frecuencia, incorporo texturas provenientes de sueños y recuerdos en mis pinturas, infundiendo a cada obra un matiz personal. En este óleo sobre lienzo, he dado un paso más allá al introducir en la composición formas humanas. Mi hipótesis es que los espectadores captarán el mensaje biológico más fácilmente que en obras similares carentes de representaciones humanas. A primera vista, esta idea podría parecer una sobre-simplificación de la complejidad biológica. Sin embargo, es importante no subestimar el impacto primitivo e intuitivo que la representación de un rostro tiene en la mente humana. Así, la pintura muestra la muerte y el sufrimiento de figuras antropomórficas, en un intento por mostrar los procesos intrínsecos de degradación y catabolismo asociados con el lisosoma, el “estómago” de la célula. Trabajé en esta pintura cada vez que tenía tiempo, durante un lapso de tres años. En cada iteración, intentaba mantener la mente en blanco, plasmando en el lienzo lo que mi inconsciente dictaba. Como resultado, las texturas que se aprecian en el lisosoma condensan las frustraciones y alegrías de la vida diaria, mientras que las figuras antropoides transmiten experiencias e inquietudes personales. Para la creación de esta obra, me inspiré en las representaciones del infierno y el cielo de el Bosco, los universos bio-mecánicos de H. R. Giger, las dramáticas esculturas de Gaetano Zumbo, las pinturas cargadas de simbolismo de Frida Kahlo, las criaturas surrealistas de Remedios Varo y muchos otros exponentes del movimiento surrealista. De este modo, estoy convencida que mi arte en general y esta pintura en particular, están profundamente arraigados en el movimiento surrealista.

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